viernes, 4 de diciembre de 2009

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10/04/09



La ancha telaraña del mundo nos desnuda los ojos
con la tibieza de un saquito de te para la conjuntivitis
Nos endulza las puntas de los dedos
en un baile de dobles, pausados y rítmicos bombeos
Nos embaraza de necesidades

Nos engorda y nos amontona en redes sociales
y cual pavo nos hornea a fuego lento
para una mesa de día de acción de gracias
en un chalet inteligente a orillas del lago Washington
donde El se regocija por las cabezas cosechadas

Futuros consumidores a integrarse gracias a los genios del marketing
sueñan en Bombay, felices compras en eBay

Futuros cibernautas se gestan en vientres aterrorizados
...Fue en algún reino de medio oriente?

En el fondo de la nuca repica un recuerdo
de lo que fue hablar del sentir
de lo que fue querer humanidad
de lo que fue besar paciencia
sin recibir alguna descarga electrostática.

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